¿Con los nervios, el estrés y los cambios de horario
pierdes el ritmo regular del tránsito intestinal?
Existe una clara relación entre intestino y cerebro. Y también, entre microbiota y motilidad intestinal. Por ello, si eres una persona nerviosa, perfeccionista y exigente puede ser que la preparación del nuevo curso cree tensión en ti a nivel externo y también interno.
El colon es el lugar donde hay más actividad metabólica gracias a nuestras bacterias intestinales que fabrican vitaminas, protegen nuestro organismo, mejoran nuestro sistema inmunológico y regulan la evacuación.
El desequilibrio del ecosistema de estas bacterias, ya sea por una mala alimentación, un estrés prolongado, tóxicos, infecciones virales o ciertos medicamentos (por ejemplo, antibióticos) pueden generar una alteración en el estado de la microbiota y de la motilidad intestinal.
La motilidad intestinal está mediada por metabolitos derivados de la microbiota: metano, ácido sulfhídrico y ácidos grasos de cadena corta (butírico). Y comprobado está que cuanto más altos sean los niveles de metano se reduce más el tránsito intestinal.
Cuidar de la microbiota debe ser una tarea prioritaria en tu alimentación y es tan simple como anteponer ante todo la ingesta de alimentos ricos prebióticos y mantener una alimentación diaria limpia y ordenada.
¿Cómo retomar la regularidad del tránsito intestinal?
- En ayunas: toma 1 cucharada de aceite de oliva y a continuación bebe un vaso de agua templada con limón.
- Establece una rutina para ir al baño. Generalmente, la motilidad intestinal incrementa después de comer por ello una buena opción es reservarse un rato de calma después del desayuno e ir al baño sin prisa, incluso, con una revista para distraer la mente y dejar el intestino cien por cien relajado.
- En el desayuno y merienda: añade alimentos ricos en fibra como por ejemplo, panes integrales, semillas de chía o lino, avena, fruta (sobre todo aguacates, ciruelas pasas y kiwis) y bebe abundante agua.
- En las comidas principales: prioriza las verduras de hoja verde (por ejemplo, las espinacas o verduras), el arroz, los cereales integrales en grano y los tubérculos (patata, calabaza, boniato…). Te recomendamos dejarlos enfriar en la nevera durante 2-3 días puesto que el almidón de estos alimentos se convierte en almidón resistente rico en butirato, una sustancia ideal para regenerar las células epiteliales de floras dañadas.
- Realiza actividad física 30 minutos al día.
- Antes de dormir: toma 1 cucharadita de Cloruro de magnesio del tamaño de las de café con leche disuelta en agua. O bien si prefieres en comprimidos, 3 comprimidos 3 veces al día. Y masajea tu abdomen de forma lenta, suave y profunda, manteniendo una respiración suave y fluida, usando un poco de aceite o crema, desde la cresta ilíaca derecha hasta el estómago y del estómago hasta la cresta ilíaca izquierda, dibujando un semicírculo.
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Fuente:http://blogaml.com/articulo/nervios-y-estrenimiento/
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